"Todas las variedades se verán afectadas y retrasadas, no sabemos bien cuanto, porque depende de que llueva. Por ejemplo, en el departamento Federación no hemos percibido estos últimos meses ni una gota de agua". Y es que "teniendo en cuenta que la zona del macizo citrÃcola cuenta con un 20% de riego artificial, el otro 80% de la citricultura no lo tiene y dependemos pura y exclusivamente del clima".
Esta situación trae aparejadas "devastadoras pérdidas": "por un lado el productor no va a tener la cosecha para trabajarla o venderla", mientras que el empaque no tendrá fruta para embalar "y su personal quedará sin trabajo". A eso sumó que "el transporte se para y los mercados no van a tener la mercaderÃa. En esa cadena, se verá en las góndolas que un kilo de naranja estará a un elevado precio y lo mismo pasará con las variedades tempraneras 2023, ya que todo esto repercute por la sequÃaâ€.
Exportaciones
El sector de la exportación también experimentará los efectos, según Molo: "No hay el calibre para exportar, asà que esto también se verá complicado, sobre todo porque las grandes empresas exportadoras mueven muchÃsima mano de obra y esto se verá afectado porque el obrero no tendrá su trabajo, el productor no tendrá sus ingresos y las empresas no van a tener sus ventas", indicó.
Molo remarcó que aunque la Okitsu está "prácticamente perdida", si lloviera "se recuperarÃa una naranja Salustiana, una Ombligo o una Criolla, que arranca más para mayo".
Fuente: elentrerios.com