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  Miércoles 30 de noviembre de -1
ADECOAGRO, LA EMPRESA QUE SE ASOCIA CON SANCOR
Nació hace cuatro años, en medio de la crisis. Invirtió más de 500 millones de dólares en campos y agroindustria.

Hace quince días, el país rural se sacudió con la noticia de que el consejo directivo de Sancor aceptaba una propuesta de Adecoagro para entrar en la empresa, con un aporte de 120 millones de dólares, y hacerse cargo del management. ¿Adecoagro? ¿Qué es eso?

Lo van a contar sus directivos, encabezados por Mariano Bosch, director y gerente general. Estuvimos con ellos en sus oficinas de Buenos Aires, austeras, sencillas pero muy operativas. Adecoagro es una empresa flamante. Nació en septiembre de 2002 (¡qué momento para invertir en la Argentina!) y se constituyó rápidamente en una de las empresas agropecuarias más importantes de Sudamérica. Con fondos reclutados en el mercado financiero internacional, se plantearon el objetivo de desarrollar el negocio agropecuario, con inversiones en tierras y la puesta en marcha de distintos proyectos agroindustriales.

Hoy, Adecoagro posee, a través de sus diferentes sociedades asociadas, 340.000 hectáreas de tierra propia entre Argentina, Brasil y Uruguay. "Nuestras principales actividades incluyen la agricultura, la producción de leche cruda y en polvo, ganadería, café, azúcar y etanol", explica Mariano. La empresa ya posee una planta industrial de azúcar y etanol en Brasil con una capacidad de molienda superior al millón de toneladas de caña de azúcar y un grupo de molinos arroceros en Argentina.

"Tenemos una importante estrategia de crecimiento, que consiste en la consolidación de nuestras operaciones existentes y la continuidad de nuestro proceso de integración vertical. Tenemos planes de inversión para los próximos tres años. En particular, estamos enfocados en el sector lechero de Argentina y el sucro—alcoholero en Brasil".

—En estos cuatro años la tierra en la Argentina se valorizó muchísimo. ¿Ustedes se imaginaban esto cuando salieron a ofrecer el negocio?—.

—Esa fue la base de nuestra propuesta. Sabíamos que el valor de la tierra todavía no había capitalizado el enorme salto tecnológico aportado por la siembra directa y la biotecnología. La producción se había hecho sumamente eficiente, con una productividad extraordinaria. Esto se iba a expresar más tarde o más temprano en el precio de la tierra. Bueno, fue más rápido de lo que pensábamos, lo que nos dejó muy bien parados frente a los inversores. Ganamos mucho prestigio y eso aceleró el crecimiento de la compañía.

—¿Cuánto tiene que ver Soros con Adecoagro?.

—Uno de los fondos de inversión liderado por Soros es un socio importante de Adecoagro, pero su participación hoy no es mayoritaria. Nosotros hemos incorporado socios nuevos, y estamos abiertos al ingreso de capitales aunque de manera muy selectiva, porque queremos que los accionistas compartan nuestra filosofía de transparencia y honestidad. Somos un grupo de profesionales argentinos, interdisciplinarios, formados en la cultura del campo. Yo vengo del movimiento CREA, como muchos de nuestro equipo gerencial. Vimos que había un negocio atractivo para el mundo: invertir en el campo y la agroindustria de la argentina. Y despegamos. Llevamos 500 millones de dólares invertidos. Con tierra propia, manejando el riesgo mediante diversificación, aplicando tecnología de avanzada dentro de un esquema de producción sustentable, y generando una rentabilidad interesante para el accionista.

Empezaron con la compra, en setiembre del 2002, del paquete de Pecom Agropecuaria, con ocho campos y 74.000 hectáreas en lo mejor de la pampa húmeda. "Producían 60.000 toneladas de granos. Hoy estamos en 160.000 toneladas. Los tambos promediaban 16 litros por vaca y por día, ahora llegamos a 25. La empresa había acumulado importantes pérdidas impositivas. Ahora estamos pagando 10 millones de pesos en impuesto a las ganancias", dice Bosch.

Entre julio del 2003 y diciembre del 2005 sigue la expansión con la compra de 8 campos más, que totalizan 36.200 hectáreas. "Buscando siempre transformación y generación de valor":

-San Agustín: producción, logística e industrialización de arroz.

-La Macarena: primera experiencia en Uruguay.

-La Rosa: Diversifica riesgo climático.

-La Agraria S.A.: tambo en Venado Tuerto. Crecimiento y alta calidad en producción de leche.

-Las Horquetas: Inversión en agricultura bajo riego en el sudoeste.

-El Orden: Gran potencial aplicando tecnología de punta.

En diciembre del 2004 se concreta el desembarco en Brasil, con la compra de dos campos (20.400 hectáreas). Se incorpora el algodón y el café de calidad para los mercados de Japón y Europa. "No nos gustaba el Mato Grosso por la lejanía a los puertos (2.000 kilómetros). Por eso arrancamos en Bahía".

En febrero último se compra la Usina Monte Alegre, primer paso en el negocio agroenergético: 900.000 toneladas de caña procesada para la producción de azúcar y alcohol para el mercado interno. Y un mes después se iniciaba la construcción de la usina Angélica, al sur de Minas Gerais, donde se van a procesar 3,5 millones de toneladas de caña para la producción de alcohol. Es el primer gran proyecto de una expansión programada en el negocio energético.

Y en agosto, agitan al mercado con la compra de Pilagá, 93.000 hectáreas destinadas a la producción de carne, granos y arroz para el mercado interno, "con un extraordinario potencial de desarrollo". No entró el frigorífico AB&P, que Pilagá ya había vendido, pero Bosch asegura que, así como ingresaron en el negocio lácteo, en el futuro podrían también ingresar en el procesamiento de carne vacuna.

Adecoagro producirá este año 385.000 toneladas de granos y 30 millones de litros de leche. A eso hay que agregar un millón de toneladas de caña que entregarán 85.000 toneladas de azúcar y 30 millones de litros de alcohol. Y 10 millones de kilos de carne. Genera 2.800 puestos de trabajo (800 en la Argentina, la mayor parte en el arroz).

La gran apuesta está en el negocio lácteo, donde los de Adecoagro se sienten realmente cómodos. Uno de los técnicos de la empresa, Pepe Perkins, se instaló en un gran tambo cien millas al sur de Chicago. Trabaron excelente relación con el propietario, un ícono de la lechería estadounidense. De allí trajeron el modelo de tambo en confinamiento, cuya primera unidad se está construyendo en Venado Tuerto.

No sólo producen leche, sino que también la industrializan a fazón y la exportan (leche en polvo básicamente). Evaluaron la instalación de una usina, pero cuando se presentó la oportunidad de entrar en Sancor, optaron por este camino.
 
Héctor A. Huergo.
hhuergo@clarin.com
Fuente: Clarin Rural

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