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TRIGO Y SOJA: UNA SECUENCIA RENTABLE Y SOSTENIBLE

Desde el INTA Marcos Juárez se está haciendo hincapié en la importancia del cultivo de trigo en los sistemas de producción agrícola de la región central norte. La propuesta se refiere al doble cultivo Trigo-Soja, con la idea de diversificar las alternativas de producción dentro del sistema, y especialmente por su aporte a la cobertura, objetivo fundamental de la siembra directa. Con la secuencia trigo-soja también se propone realizar un uso más eficiente de los excesos de humedad en otoño.


“Además de beneficioso para el suelo también estamos hablando de una rentabilidad que compite con las otras alternativas soja de primera y maíz”, apunta el Ing. Agr. Jorge Fraschina, coordinador del Area Mejoramiento Vegetal del INTA Marcos Juárez y especialista en mejoramiento genético de trigo. Pero como siempre todo parte de una estrategia donde ningún factor debe quedar afuera.


“En nuestro ambiente de producción es importante considerar la disponibilidad de agua, factor que resulta decisivo para las expectativas que tengamos con respecto al trigo en la secuencia”, agrega. “También es importante equilibrar los nutrientes necesarios de una manera balanceada de acuerdo a los requerimientos de los dos cultivos en cada región. Dentro de las decisiones, la elección de variedades puede tener un efecto importante en los resultados. Nosotros hacemos hincapié en que para hacer trigo-soja, hay detalles a tener en cuenta con respecto a la elección de variedades para siembra directa. Se debe considerar que los dos cultivos compiten por el lugar en un mismo lote, situación en que estamos esperando el momento de cosecha de trigo para poder implantar lo más rápidamente posible la soja - la competencia también es por agua y nutrientes -, y es allí donde resulta importante la elección de las variedades y fechas de siembra de trigo pensando en la soja de segunda”, dice Fraschina.


Con respecto al panorama de variedades disponibles en el mercado, hay novedades presentadas por los criaderos y que esta campaña se pondrán a prueba en la Red de Evaluación de Cultivares de trigo organizada por la SAGPyA. Pero hay un panorama de cultivares ya evaluados regionalmente, y que pueden recomendarse para diversificar ciclos, fechas de siembra y comportamiento sanitario. “Por suerte los criaderos están sacando todos los años variedades nuevas y por lo tanto tendremos una importante variabilidad para tomar decisiones. Hay diferencias en el comportamientos de las variedades frente a las principales enfermedades que causan problemas en la región (roya de la hoja, fusariosis de la espiga y mancha amarilla), y la elección de variedades de mejor comportamiento frente a roya de la hoja, es una estrategia muy eficiente de control de esta enfermedad. Desde INTA estamos enfatizando la necesidad de elegir variedades de buen comportamiento sanitario, en lugar de aquellas que actualmente muestran susceptibilidad marcada a las principales enfermedades”, señala Fraschina.


Destaca el técnico de INTA que este año la Red para las subregiones trigueras II norte, II sur, III, V norte, I, NEA y NOA que se coordina desde Marcos Juárez pondrá a prueba nuevos cultivares, entre ellos dos del criadero Buck, dos de criadero Klein, uno del criadero ACA y otro del criadero Don Mario, además se prevé la participación de los cultivares BIOINTA, pertenecientes a la reciente vinculación tecnológica entre INTA y BIOCERES S.A. “Sobre las variedades ya evaluadas y que están disponibles, hay un grupo de cultivares de ciclo largo con dos años de evaluación y que estarían permitiendo siembras en esta región desde mediados de mayo. La sugerencia es no sembrarlos más allá de la primer semana de junio, ya que a partir de esta fecha deberíamos pensar en utilizar cultivares de ciclo intermedio”.


Hacia la segunda quincena de junio comienza la siembra de los ciclos cortos, y también hay un buen número de cultivares con buena sanidad. Fraschina apunta que en general los cultivares de ciclo corto tienen un mejor comportamiento en buenos ambientes. “El buen ambiente para trigo y por lo tanto para trigo – soja significa fundamentalmente buena reserva de agua, una fertilización adecuada y años de siembra directa. Allí es donde los ciclos cortos pueden tener desempeños similares a las siembras más tempranas y sobre los cuales tenemos las posibilidades de hacer mejores sojas de segunda”.


“Nuestra propuesta es la secuencia trigo-soja como alternativa para diversificar la agricultura que estamos haciendo y que desde el punto de vista de la rentabilidad compite perfectamente con soja de primera y maíz; formando parte de una secuencia de cultivos que tiende a hacer un uso más eficiente de los excesos de humedad que se producen en el otoño en la región y además participa en la rotación como un excelente o lote antecesor para el maíz. Habida cuenta de la importancia que el maíz tiene en la región como lote antecesor para la soja de primera. La unión de esas tres alternativas de cultivo creo que es una estrategia que debería ser mirada con más de atención por los colegas técnicos y por los productores”.


En relación a la situación climática y de suelo en el área cuando la campaña está comenzando, Fraschina opina que “por suerte se revirtió la situación que acompañó a la cosecha gruesa, y la ocurrencia de lluvias en los últimos días fue importante y generalizada. Si bien no tenemos la magnitud exacta de la recarga de agua actual en los suelos de la región presumimos que en varias situaciones ya se la puede considerar buena. Seguimos insistiendo que en cada situación hay que estudiar convenientemente el contenido de humedad ya que las expectativas de rendimiento que podamos tener con respecto al trigo están basadas en la recarga del perfil en el momento de decidir la siembra”.