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El otoño e invierno son épocas críticas para la región NEA en lo que respecta a las precipitaciones y temperaturas que afectan al sector ganadero, por lo que debemos tomar decisiones importantes que son las que van a definir a futuro la producción de terneros en los campos de Cría.

El año que venimos transitando se presentó con déficit hídrico que repercutió en la producción de pastos, entrando al otoño tuvimos importantes precipitaciones que favorecen al rebrote de las pasturas que refleja beneficios a corto plazo previo a las primeras heladas invernales. Según el informe elaborado por el servicio meteorológico nacional, el pronóstico climático trimestral refleja que en los meses de abril, mayo y junio se prevé mayor probabilidad de ocurrencia de precipitación Normal o inferior a la normal sobre nuestra región y con respecto a las temperaturas, se prevé ocurrencias de probabilidad Normal con respecto a la media histórica.

Son tiempos difíciles en donde no podemos dejar nada librado al azar cuando de condiciones climáticas estamos hablando, por lo tanto, las acciones van a definir grandes impactos en lo que respecta a la situación económica de la actividad ganadera a futuro.

Desde la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Sáenz Peña difundimos pautas y/o recomendaciones para los ganaderos de la zona;

En nuestros sistemas productivos debemos realizar una planificación forrajera adecuada para la optimización del uso de los recursos en forma integrada.

Realizar ajustes de categorías en nuestros campos, para lo cual debemos evitar vacas con cría al pie, por lo tanto, se sugiere realizar destetes y hacer un adecuado manejo de esos terneros.

Realizar tacto de vientres lo que nos permite evaluar el servicio de primavera-verano y poder clasificar las vacas por tiempo de gestación y evaluar la condición corporal de las mismas.

Realizar un inventario de alimentos como forrajes disponibles en pie y posibles suplementos y/o alimentos a comprar para sostener las categorías más críticas del rodeo.

Es fundamental definir la escala de resolución del problema (largo, mediano o corto plazo), para decidir adecuadamente y manejar eficientemente un sistema de producción.

La importancia de mantener y reforzar el calendario sanitario, con énfasis en parasitosis y en enfermedades reproductivas.

Lograr altas eficiencias de aprovechamiento del forraje es fundamental para optimizar los sistemas ganaderos con base pastoril. La planificación forrajera (que implica realizar presupuestos de oferta y demanda forrajera) y el control forrajero, a través de la realización de balances forrajeros instantáneos son prácticas que permiten al productor agropecuario tomar decisiones de manejo basadas en información segura y confiable.

Aprovechar los meses de invierno para el mantenimiento y la reparación de  infraestructura como alambrados y bebederos y represas. También es aconsejable el control de renovales. De este modo, es posible tener un campo ordenado, limpio y listo para aplicar prácticas de manejo de la hacienda y del pastoreo y, además, ofrecer agua de calidad.

Fuente: https://ruralnet.com.ar/